miércoles, 28 de septiembre de 2016

Entre dos tierras


…estás, y no dejas aire que respirar.

Así cantaban los zaragozanos Héroes del Silencio allá por inicios de los 90. Sí ya lo sé, que soy un nostálgico, pero pocas veces tres palabras como las que dan nombre a la canción y título a esta entrada definen mejor el sitio donde me encuentro.

Hace poco una bloguera asentada en Holanda publicó esta entrada un tanto interesante, de esas que tienen más fondo de armario del que a primera vista puede parecer, y la verdad que estaba yo también rumiando algo similar al respecto, y por fin me animo a hacerlo.

“Me voy a Gran Bretaña por una buena temporada” No se me olvidará jamás la cara primero de incredulidad y luego de asombro que se le quedó a mi círculo de amistades cuando solté semejante bombazo allá por las navidades de 2014…. ¿Y qué vas a hacer allí tú sólo? ¿Vas a dejar aquí a tu mujer y a la niña? ¡¡Estás como una puta cabra!! Y más preguntas y comentarios que me lanzaron a quemarropa durante la sobremesa de la comida de navidad. Quisieron pensar que todo era una broma pesada, de esas que llevan el inconfundible sello de Antxon Urrutia, potenciada por una cuantas jarras de sidra y rematadas con un patxarán casero que era como combustible de cohetes. “Otra de tus Antxonadas” como me dijo el difunto Xabi, pero luego, vieron que aquello no seguía el patrón regular de una Antxonada más, todos se percataron de que por encima de mi pastosa voz y mi vidriosa mirada, hablaba más en serio que nunca, que era algo que iba a suceder si o si, que la rueda del destino empezaba de nuevo a girar y esta vez no me iba a detener ante nada…

Voy camino de los dos años aquí en Gran Bretaña (Tempus fugit), y no pocas veces he oído chanzas de mis colegas y familiares acerca de la vidorra que aquí supuestamente me doy, que si no tengo que aguantar a la mujer, que puedo hacer otra vez la misma vida de soltero, que si puedo tontear con las inglesas sin que nadie sepa nada, que estoy en el paraíso yo solo, que si puedo llegar mamado a casa como cuando tenía 18 años, que soy un desaprensivo por dejar tiradas a mi mujer y a la niña…

Y yo les digo: Y UNA MIERDA!!!

Les digo que esto no es un camino de rosas, que no soy un becario de Erasmus, que aquí por mucha flexibilidad que traigas de serie, más que un encuentro con otra cultura, lo que te llevas es un buen encontronazo. Da igual que vayas con 20 años o con 40 fuera de tu país a buscarte la vida, se hace duro el entender a medias lo que la gente dice a tu alrededor, cualquier cosa que quieras levar a cabo se complica extraordinariamente por simple que sea, y eso con suerte, pues he visto aquí gente que ha empezado sin tener ni repajolera idea de inglés, cosa por la cual no sé si alabarles por su valor o bien demonizar su osadía.

Es imprescindible tener una resistencia psicológica enorme, y una estabilidad emocional a prueba de bombas, hay gente, especialmente los que proceden del sur, que echan muchísimo de menos el sol en invierno, hay gente a la cual eso la machaca anímicamente, por no hablar que todo aquí se mueve con otros códigos.

Por ejemplo, me tocó la semana pasada ir al dentista, ya que una muela me empezó a dar guerra. Algo que en España no implica ningún esfuerzo, aquí fue toda una odisea, ya que toca explicarlo todo en inglés, ni que decir que previamente a ir a la consulta estuve un buen rato mirando en Internet cómo funciona el mundo de los dentistas en este país, aparte de buscar la equivalencia a términos tales como caries, empaste, funda, o matar el nervio. Y por supuesto atender a sus comentarios en inglés acerca de lo que te tiene que hacer, o de las diferentes opciones que hay para solucionar lo tuyo (Por cierto, que ya tocaré el tema en una entrada en toda regla). Toca tomar un decisión partiendo de sus comentarios que no vas a entender al 100% sobre algo que está relacionado nada menos que con tu salud.

¿A que mola? Pues no, en absoluto.

Pero también Gran Bretaña tiene sus cosas positivas, cosas que en España son simplemente impensables, cosas que son las que hacen que por lo pronto merezca la pena estar aquí, no sólo me refiero a ganar una habilidad con el inglés que de otra manera es simplemente impensable, o del abanico de oportunidades profesionales que aquí puedes encontrar, sino al reto que supone amoldarte a un sitio como este, es como correr una maratón, pero que una vez que llegas a la meta, la satisfacción y el orgullo que te embargan, son difícilmente explicables, te hacen crecer como persona independientemente de la edad que tengas.

2 comentarios:

  1. Tú también soltaste el Bombazo en Nochebuena?? :-O
    (Somos malooos). :-)

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    1. Buenas noches,

      En mi caso el bombazo fue durante la comida de fin de año con la cuadrilla, luego vino el siguiente bombazo pero con la familia.

      Antxon.

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