domingo, 24 de abril de 2016

Venir a UK ¿Por dónde empezar? (3 - El NIN).


Junto al número de teléfono británico, es una de las primeras cosas que tienes que tener en tus manos aquí en UK. El NIN (Acrónimo de National Insurance Number) es el número de la seguridad social aquí en Reino Unido. Es un código que te va a identificar a efectos de pagar impuestos y cotizaciones a la seguridad social.

Claro que también te lo pueden reclamar cuando busques un banco donde abrirte una cuenta, o bien en las application forms cuando estás buscando empleo. Teóricamente no es una condición sine qua non para poder trabajar en UK, pero al hacerlo sin él, el hachazo que te vas a llevar en tu nómina a nivel fiscal va a ser de órdago. Así que, con semejantes precedentes cuanto antes lo tengas en tus manos, tanto mejor para ti.

Para obtener dicho número, tuve que hacer una llamada de teléfono al 0345 600 0643, me preguntaron entre otros, cosas como el nombre y apellido, la dirección que tienes en UK y nacionalidad. Y os prometo que con mi inglés recién estrenado en UK las pase más que putas para entender a la chica que me atendió por teléfono, de ahí que vuelva a remachar la importancia de traerte a UK el nivel más alto posible de inglés.

Tras repetirme las cosas tres veces por si acaso pluma en mano para apuntarlo todo (Principalmente día, hora y lugar donde tengo la cita y lo más importante, tu número de referencia de solicitud que es imprescindible para que te atiendan en la cita), y no perderte nada, finalmente me dieron cita a tres días vista en un Jobcentre sito en Blackburn (Más o menos a una hora de coche de allí). Lo último que me comentó es la retahíla de documentos que tenía que presentar allí en la oficina, a saber

1.       La Spanish ID Card (El DNI de toda la vida).
2.       El pasaporte.
3.       Permiso de conducir.
4.       Proof of address (Documento que certifica dónde vives en UK).

Según me han comentado a posteriori, tuve muchísima suerte de que la cita fuera en tres días, ya que lo más usual es que según la época del año y el lugar en el que vivas, se pueda llegar a tardar hasta tres semanas.

Una vez allí en el Jobcentre donde me habían citado, me esperaba tras su escritorio una amable señora que cuando vio mi nacionalidad, me comentó que podía solicitar los servicios de un intérprete si así lo deseaba, decliné amablemente la oferta arguyendo que era a mí al que le corresponde hacer el esfuerzo por entenderla y hacerme entender en inglés, a lo cual ella no dijo nada pero la expresión de agradecimiento que apareció en su cara fue la mejor muestra de hasta qué punto recibió mi comentario con halago.

Tuve que rellenar un formulario de una cuantas páginas con un sinfín de datos de todo tipo, mientras ella me preguntaba el motivo de mi estancia en UK así como el tiempo que esta se iría a prolongar, amén de detalles a nivel de estudios y a nivel profesional, tras solicitarme los documentos que me comentaron por teléfono, me extendió un folio en blanco donde tuve que manuscribir los nombres y los dos apellidos de mis padres, y el de mi dirección en España. Después de firmar la susodicha hoja y de completar lo mejor que pude el extenso formulario, hizo fotocopias de mis documentos y me comunicó que la entrevista había terminado y que en un plazo de tres semanas recibiría en mi dirección una carta con mi número de la seguridad social.

Y efectivamente, con británica puntualidad recibí tres semanas después la carta con mi nombre, dirección y mi número de la seguridad social para los restos aquí en UK, porque es un número que de forma permanente te identifica a efectos fiscales y tributarios, en un estilo a nuestro ibérico DNI o CIF.

A modo de colofón, el NIN fue un documento que me exigieron para abrirme una cuenta bancaria en UK…

…Pero esa es ya otra historia que será materia para una futura entrada.

domingo, 17 de abril de 2016

Se te ve el plumero.

Seguramente que más de un avispado lector habrá observado que entre los blogs que suelo seguir, figura uno con el nombre de El Pajarete Orquidiado, que trata sobre el mundo de la escritura con estilográficas.

Y es que el aquí tecleante, tiene la vintage manía de escribir con pluma.

Me acuerdo de cómo en mis años escolares, teníamos un profesor que nos prohibía a los alumnos a tomar apuntes con bolígrafo, no me preguntéis el porqué ya que no me acuerdo de ello, pero el caso es que a falta de boligrafo, todos recurríamos al lápiz en cuestión, con lo cual dada la velocidad a la cual dictaba por un lado y al hecho por el otro que suponía tener que apuñalar el papel con un lápiz duro del tipo 2H, hacía que tras dos horas, acabaras con la mano agarrotada.

Hasta que un buen día me topé con el regalo de la primera comunión que mis padres me hicieron, que no era otra cosa que un estuche con una pluma Parker 45 negra y un bolígrafo Jotter a juego. La cabeza se me iluminó en el acto, ya que las opciones para escribir eran tres, bolígrafo, lápiz y pluma. Descartada la primera por prohibición y la segunda por agotamiento manual, quedaba la Pluma.

Y la verdad que fué todo un descubrimiento el comprobar cómo con la pluma puedes tomar apuntes, apuntes y más apuntes con una fracción del esfuerzo que habitualmente implica usar un bolígrafo, y no digamos ya el lapicero, puesto que sólo hay que deslizar la punta del plumín sobre el papel. Ni que decir tiene que en lo sucesivo el uso de la pluma para escribir fué algo generalizado, arrinconando en ello al bolígrafo excepto cuando hay que escribir sobre algo donde la tinta de la pluma no consigue adherirse.

Han pasado ya 32 años (Tempus fugit) y muchas plumas y tinteros han pasado ya por mis manos. Pero sigue siendo para mi incomparable la elegancia y las sensaciones que transmite una pluma cuando se desliza sobre el papel con su sonido característico.

Por supuesto que el menage-a-trois de la escritura tiene otros dos protagonistas, que son el papel, pero sobre todo, las tintas, dando estas últimas tantas posibilidades que darán para en el futuro una entrada en toda regla.

Puede que más de uno esté tentado a iniciarse en el mundo plumeril, como buena noticia al respecto, os comentaré que una pluma y un tientero para iniciarse en este mundillo, te cuestan lo mismo que un par de cubatas, con el aliciente que tienen de no sufrir de obsolescencia como tu teléfono móvil de 400€ o tu ordenador portátil de 1000€, a poco que cuides una pluma, te prestará décadas de servicio como poco.

Por cierto, las fotos aquí mostradas corresponden a algunas de las plumas que tengo en uso.

domingo, 10 de abril de 2016

Masterchef in UK


Más de una vez nos podemos preguntar qué hay de cierto en los tópicos relativos a cualquier comunidad formada por personas, léase países, autonomías, ciudades… Fama tienen los vascos de ser brutos, los catalanes de tacaños, los madrileños de chulos o los andaluces de vagos, hasta que punto semejantes tópicos se aproximan a la realidad, es algo en lo cual no pienso meter las narices, puesto que eso queda ya al criterio subjetivo de cada cual.
 

Pero esta vez voy a hablar de un tópico británico manido y manoseado como pocos y que he tenido la oportunidad de comprobar.

Me refiero cómo no, al de la comida.
 


Si algo desde que llegué aquí me ha sorprendido, es el comprobar que la inmensa mayoría de los británicos no come, simplemente se quitan el hambre con lo primero que tienen a mano comestible. Es divertido ver cómo en los menús de comida de los restaurantes te sueles encontrar junto al plato en cuestión, el número de calorías que tiene a modo de indicativo acerca de lo que te estás metiendo. O la pasión con la que devoran auténticas exhibiciones de grasas saturadas y colesterol en forma de donuts, bollos y pastelitos que sólo con olerlos me da repelús.
 

Claro que siempre, y en mi caso, afortunadamente, te encuentras brillantes excepciones al respecto, como la casa donde vivo actualmente, y la formidable mano de Doña M. entre fogones, y la verdad, basta con echar un vistazo a la librería que tiene en un rincón del salón con la nutrida colección de libros de cocina para percatarse de que para ella, el mundo de la cocina va mucho más allá de recalentar en el microondas una bandeja de arroz al curry.   
 

En UK, lo habitual en el trabajo es hacer una parada a media jornada de unos 30’ de duración para almorzar, tienes habilitado un cuarto con sillas, mesas, un microondas, una nevera y la consabida encimera con la Keetle, y el kit estándar de todo consumidor compulsivo de té, no se hace la pausa de 60’ - 90’ típica de la jornada partida española, por lo cual la gente todo lo más que come en tan breve tiempo es un sándwich de los que usualmente pillas en Tesco o Asda por £2.5 o bien meten en el microondas la bandejita de macarrones o arroz al curry de las de calentar 5’ y listo. De segundo plato, no penséis que la cosa mejora en exceso, pues lo usual son unas patatas fritas o galletas de Oreo :( Todo ello acompañado de la correspondiente bebida azucarada, o mejor dicho, azúcar bebible.




Yo no es que sea un Masterchef cocinando, de hecho, soy un desastre entre fogones en grado superlativo, lo cual hace que me resulte si cabe aún más gracioso la fama de gourmet que involuntariamente me he buscado entre mis compañeros de trabajo cuando de almorzar se trata. Yo soy de los que me llevo en el tupper de rigor, mi arroz con pollo y verduras con su toque de vinagre balsámico de Módena y aceite de oliva virgen, o bien unos spaguetti carbonara con su jamón y champiñones cortados y lo flipan conmigo, me han llegado a preguntar dónde de aprendido a cocinar así ¡¡!! Lo cual no deja de resultarme gracioso. Ya se ha convertido casi en un ritual cada vez que llevo unos de mis esperpentos creaciones culinarias, el explicarles los ingredientes que uso y la razón por la que les huele tan bien lo que preparo.

Eso sí, lo acompaño para beber de una humeante taza de té, porque huelga reconocer, que para eso, no me ha costado nada el britanizarme.
 

A modo de colofón me pregunto si antes de que existieran los Subway, MacDonalds, Burger Kings, Starbucks y demás templos de la comida basura no existía la cocina tradicional británica. Y por supuesto, que han hecho los británicos en aras de su preservación.
 

¿Y vosotros queridos lectores qué opináis?

domingo, 3 de abril de 2016

Venir a UK ¿Por dónde empezar? (2 - El idioma II).

Y una vez que te has metido una paliza del copón con el inglés, una vez que has aprobado B2 o C1, te sientes pletórico, flotando como una quinceañera con su primer novio entre nubes de colores, y con tu ego en órbita geoestacionaria. Eres (Mejor dicho, te crees) el puto master del universo hablando la lengua de Shakespeare, y es ahora cuando de verdad toca la prueba del algodón… lo has adivinado.

Te pillas un vuelo a Gran Bretaña (Wellcome to the Jungle, ha ha ha ha…).

Y es cuando de verdad empieza el examen oral de inglés cuando...
  1. El funcionario de aduanas te pregunte a que has venido.
  2. Oyes por megafonía cuál es tu autobús para salir del aeropuerto y dónde se coge.
  3. Llegas a tu destino y preguntas dónde está la calle de tu hostel.
  4. Suma y sigue…
Lo demás queda a vuestra imaginación, y aquí puede entrar desde el Landlord y tus flatmates, la cajera del super, el jobcentre, tu llamada de teléfono para solicitar el NIN, tu primera entrevista de trabajo en una recruitment agency…

No es la primera vez que oía comentarios por parte de veteranos con muchos años a sus espaldas viviendo en UK, que cuando ponías pié en un país de habla inglesa, todo tu mundo empezaba a temblar cuando escuchabas tus primeros comentarios a los nativos del lugar. Porque una cosa es oír las noticias de la BBC y otra bien distinta es escuchar a la gente de la calle barbotar sonidos que a veces se parecen remotamente a lo que has aprendido en España.

Así que, respira hondo y tómatelo con calma porque tu particular travesía del desierto no ha hecho más que empezar, lamento comentarte que tu idilio con el inglés va a entrar en su fase más peliaguda. Porque mi querido lector, yo también anduve en esas cuitas metido.

Por supuesto que es a partir de ese instante cuando empieza la verdadera inmersión lingüística, y créeme que más de un año después ahí sigue mi cabeza metida, y por mucho tiempo más que va a estar.

Yo desde el principio, hice las siguientes cosas.
  1. Irme a vivir con una host family, puesto que te verás siempre forzado a escucharles y a responderles en inglés, aparte que siempre serán una fuente inagotable de consejos y de conocimientos acerca de la vida en UK.
  2. Tener siempre puesta la radio, todo el rato, no tienes porqué prestar especial atención, pero poco a poco te irá calando el acento y te irás familiarizando con más y más detalles.
  3. Entra en una tienda de cosas de segunda mano, como las de Salvation Army o British Heart Foundation, podrás encontrar libros y DVD´s por una sola libra. Busca cosas relativas a tus hobbies por ejemplo, así lo que leas te interesará más y lo asimilarás mejor.
  4. Seguro que en tu ciudad hay Pubs, donde quedan estudiantes extranjeros para charlar en inglés, pides una pinta, rellenas en un papelito tu nombre, nacionalidad y nivel de inglés y te juntarán en un grupo con gente con la que vas a estar fácilmente 3 horas hablando en inglés sobre un tema pastoreado por un nativo, porque es la única manera de comunicaros.
  5. Pierde la vergüenza a hablar en inglés, al principio vas a resultar la mar de cómico en muchas ocasiones, pero esa sensación poco a poco remitirá. 
  6. Y a modo de colofón, NUNCA te juntes con españoles, soy consciente de que la tentación puede ser muy fuerte, especialmente al principio que la sensación de soledad es bastante notoria, pero si lo haces, tu nivel de inglés no prosperará ni una mierda.
No dudo de que seguramente habrá mejores formas de hacerlo, es un manual de estilo que cada uno se va improvisando según las circunstancias de cada cual, en el cual el método ensayo/error es la norma. Nadie dijo que esto iba a ser un idilio, pero en mi caso particular cuando vuelvo la vista atrás y veo el camino recorrido desde que empecé, os prometo que no me arrepiento de haberlo hecho, y eso es lo que me da ánimos para seguir adelante.

Fortuna Audaces Iuvat.