Crónicas picantes.

Con el buen tiempo y el solecito veraniego, la geografía británica se llena de festivales y eventos al aire libre de lo más variopintos y a cada cual más curioso. Y claro, es despertar un día a 23ºC con un cielo azul sin una sola nube y ves como la gente sale a la calle a disfrutar de algo así como si no hubiera mañana, o mejor dicho, como si mañana empezara a llover granizo como pelotas de golf sobre sus cabezas.

El caso es que Agurtzane, Ziortza y Antxon (Las damas primero, of course) nos decidimos a visitar uno de esos eventos al aire libre, que aún no sabemos por qué, pero que nos llamó la atención a los tres.

El Chili Dorset Festival como su nombre indica, está relacionado con los pimientos picantes en particular, aunque luego te puedes encontrar multitud de puestos artesanales de comida y de preparados a base de chili. Te puedes encontrar desde chocolate con chili, salchichas con chili, salsas de todos los tipos imaginables con chili… hasta queso y aceite de oliva con chili.

Llegamos en coche y ya de buenas a primeras, te topas con un colosal descampado donde fácilmente podía haber más de mil coches aparcados, eso sí, toda la zona acordonada y con carteles indicando por letras y números las diferentes áreas de aparcamiento, lo cual hace que localizar tu coche a la vuelta no sea un problema. Por supuesto que con el buen tiempo reinante, aquello se puso de bote en bote, pero lo tenían todo organizado estupendamente.

Para entrar al recinto, la entrada son £8 y una vez dentro, ves que hay un ambiente bastante bueno, me llamó la atención encontrar nada más entrar este punto para poder recoger a los niños perdidos, todo un detalle.

Gente desde luego había a patadas, sobre todo familias con niños correteando por el descampado.

Chorizo británico... si no lo veo no lo creo X-O

Salsas y condimentos por doquier y para todos los gustos.

Está claro que para algunos, el tema del chili lo llevan al extremo de disfrazarse como tales... a estos dos la boca les estaba ardiendo después de una degustación.

No hay evento que se precie en este país que no cuente con actuaciones en directo, basta con traerse una manta o toalla de estas grandes de playa para sentarse en el suelo, y disfrutar de la música mientras te lubricas la garganta con un pinta... o varias.

Y claro está, no podía faltar el concurso (sic) de comer chilis picantes. Yo no sé si calificar a esta gente de valientes o de masocas intestinales.

Los participantes van comiéndose ronda tras ronda, pimientos que paulatinamente son más y más picantes, delante tienen un vaso de leche para cuando el picor se hace abrasador, lo que conlleva si se lo toman su automática descalificación, cuentan igualmente con un pequeño balde en el cual vomitar cuando no pueden soportar más. De hecho, algunos vomitaron hasta la bilis.

Ya van quedando menos, llegamos a los pesos pesados del picante, en la foto no se aprecia, pero las caras de los concursantes rojas como pimientos (Nunca mejor dicho jijijij...) y cayéndoseles unos lagrimones de alucinar, eran todo un poema...

Finalmente, el campeón consiguió finalmente comerse un chili conocido como "Dorset Naga" que está considerado como algo extremo, para que os hagáis una idea, el picor de los pimientos picantes se mide en Scoville Heat Units (SHU), los pimientos de padrón tiene un coeficiente de 12.000 SHU... pero el Dorset Naga tiene uno de 1.000.000 de SHU :-O

Algunas de las barbaridades perlas que se comieron estos tipos...

A quién guste de las emociones fuertes, pues ya sabe lo que hay. Eso sí, antes de dar un solo bocado, yo me bebería una pinta de Almax o de cualquier otro protector estomacal, porque la úlcera subsiguiente debe ser de órdago.

Yo por mi parte, si de algo no me privé, fué de los placeres que el dorado líquido elemento nos provee bien fresquito cuando la solana aprieta sin compasión, que aunque muchos no se lo crean, en Gran Bretaña tambiñen el sol achucha en verano... ¡¡A vuestra salud!!

Antxon Urrutia.