domingo, 17 de abril de 2016

Se te ve el plumero.

Seguramente que más de un avispado lector habrá observado que entre los blogs que suelo seguir, figura uno con el nombre de El Pajarete Orquidiado, que trata sobre el mundo de la escritura con estilográficas.

Y es que el aquí tecleante, tiene la vintage manía de escribir con pluma.

Me acuerdo de cómo en mis años escolares, teníamos un profesor que nos prohibía a los alumnos a tomar apuntes con bolígrafo, no me preguntéis el porqué ya que no me acuerdo de ello, pero el caso es que a falta de boligrafo, todos recurríamos al lápiz en cuestión, con lo cual dada la velocidad a la cual dictaba por un lado y al hecho por el otro que suponía tener que apuñalar el papel con un lápiz duro del tipo 2H, hacía que tras dos horas, acabaras con la mano agarrotada.

Hasta que un buen día me topé con el regalo de la primera comunión que mis padres me hicieron, que no era otra cosa que un estuche con una pluma Parker 45 negra y un bolígrafo Jotter a juego. La cabeza se me iluminó en el acto, ya que las opciones para escribir eran tres, bolígrafo, lápiz y pluma. Descartada la primera por prohibición y la segunda por agotamiento manual, quedaba la Pluma.

Y la verdad que fué todo un descubrimiento el comprobar cómo con la pluma puedes tomar apuntes, apuntes y más apuntes con una fracción del esfuerzo que habitualmente implica usar un bolígrafo, y no digamos ya el lapicero, puesto que sólo hay que deslizar la punta del plumín sobre el papel. Ni que decir tiene que en lo sucesivo el uso de la pluma para escribir fué algo generalizado, arrinconando en ello al bolígrafo excepto cuando hay que escribir sobre algo donde la tinta de la pluma no consigue adherirse.

Han pasado ya 32 años (Tempus fugit) y muchas plumas y tinteros han pasado ya por mis manos. Pero sigue siendo para mi incomparable la elegancia y las sensaciones que transmite una pluma cuando se desliza sobre el papel con su sonido característico.

Por supuesto que el menage-a-trois de la escritura tiene otros dos protagonistas, que son el papel, pero sobre todo, las tintas, dando estas últimas tantas posibilidades que darán para en el futuro una entrada en toda regla.

Puede que más de uno esté tentado a iniciarse en el mundo plumeril, como buena noticia al respecto, os comentaré que una pluma y un tientero para iniciarse en este mundillo, te cuestan lo mismo que un par de cubatas, con el aliciente que tienen de no sufrir de obsolescencia como tu teléfono móvil de 400€ o tu ordenador portátil de 1000€, a poco que cuides una pluma, te prestará décadas de servicio como poco.

Por cierto, las fotos aquí mostradas corresponden a algunas de las plumas que tengo en uso.

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