lunes, 9 de enero de 2017

Back to Spain


Después de estar casi un año de continuo viviendo en UK sin pisar España, se nota un montón una ausencia tan prolongada, que por otro lado tampoco se me ha hecho muy larga una vez que te haces una rutina de vida aquí en UK, y es que hay gente que cuando he estado en España me ha preguntado si no echo de menos España, y yo les contesto que por supuesto que si, pero que también echo de menos UK cuando estoy en España, que al final te amoldas a lo que hay en ambos sitios. Que cada cual lo lleva de distinta forma en función de sus circunstancias personales, pues claro que si. Te empiezas a sentir que eres parte de ambos mundos.

Por supuesto que les comento, que me gustaría regresar a España de forma definitiva algún día, y no lo dudaría ni por un instante en hacerlo si tuviera un trabajo como el que actualmente tengo aquí, pero claro… eso no va a ser fácil en absoluto.

No obstante, tengo que confesar que durante la primera semana te sientes más perdido que un pulpo en un garaje, por lo menos es así como yo lo he visto, entre las cosas más llamativas en mi opinión, cuento con las siguientes.

1.       Me salían los anglicismos hasta por las orejas, no había frase que no llevara un fuck, please, anyway, cheers, thanks, that´s fine, y por supuesto, el omnipresente sorry.

2.       Cuando fui a pagar una ronda de cañas, saqué la tarjeta de crédito para pagar en lugar de soltar un billete de 20€, decir que me miraban raro, era poco.

3.       Todo el mundo te dice que hablas muy bajo, en cambio, a ti todo el mundo te parece que habla dando alaridos a tu alrededor.

4.       Un año sin conducir por la derecha deja huella, cuando dije que conducía yo desde el aeropuerto camino de casa, me acerqué por instinto a la puerta derecha del coche.

5.       En más de una ocasión me metí al girar en un cruce al carril izquierdo, menos mal que no venía ni cristo.

6.       Tienes una agenda social que pareces un ministro, con la cuadrilla, la cuadrilla de la mujer, familia, suegros, primos, tíos…

7.       Me ha tocado en casa hacer de fontanero, carpintero, electricista, pintor y chicoarreglatodo. Por no hablar de la consabida burocracia de un sitio para otro.

8.       He pasado nueve veces por el dentista en tres semanas… casi me nombran cliente del mes al final del todo.

9.       Las comidas con las cuadrillas y familiares, han sido más bien la excusa para acribillarme a preguntas, y yo por supuesto, para saturarles de chascarrillos de todo género y condición al respecto.

10.   No he renunciado a mis desayunos a base de huevos con beicon y salchichas, eso sí, me he puesto de comer chistorra, de lomo, chorizo y jamón hasta los cojones.

11.   Me saca de quicio la falta de puntualidad de la gente, al final acabo pinchándoles con la bayoneta en el culo para que lleguen a tiempo a los sitios.

12.   Te empiezas a sentir viejuno cuando en el parque infantil de navidad, ves la inagotable vitalidad de los críos, mientras tú estás contando los minutos para irte para casa, porque tienes los pies destrozados.

Ha sido tres semanas intensas, extenuantes, donde ha habido de todo un poco, tristezas, alegrías, sorpresas, risas, todo ello sazonado en ocasiones a base de albariño y pulpo a la gallega, entre otras delicatesen. Hasta algún que otro kilito de más se ha incorporado a mi cintura de avispa, pero claro, no es lo mismo engordar a base de Big Mac´s que a base de Jamón ibérico.

Seguiremos informando.


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