Reino Unido
es el país del té… pardiez que si lo es, sólo faltan que se lo inyecten por vía
intravenosa, té a la hora de desayunar, té a media mañana, te en el lunch
break, te a media tarde… Y así hasta la última taza de té que te tomas antes de
planchar la oreja. Mi primera taza de té en este país me la tome con mi casera
en el salón de su casa, y el té que me sirvió estaba a sólo una décimas de su
punto de ebullición, detalle que sólo pude comprobar después de darle un
pequeño sorbo y abrasarme la lengua y los morros, mientras ella se lo bebía
como si nada, yo por más que dejé eso reposar y después de soplarlo en repetidas
ocasiones, tuve que desistir.
Es cuando
pensé que “Esta mujer tiene las entrañas de acero”.
Antes de
poner un solo pie en Reino Unido, yo ya era en Santurtzi aficionado a la taza
(Más bien tazón) de té mañanero para desayunar, y recuerdo como en el break de
media mañana era el único que junto al pintxo de tortilla, se bebía la
consabida taza de té, mientras que el restos de mis workmates s tomaban su
cafetito, descafeinado, cortado, un carajillo donde no sabes si es un café con
un chorro de orujo o un orujo con un chorro de café, o ya puestos, un sol y sombra
para poder seguir tirando la mañana a los mandos de la maquinaria.
Resumiendo,
que antes de poner un pié en Reino Unido, ya venía britanizado respecto al té,
aunque sólo fuera el típico te negro en bolsitas que te encuentras en los
supermercados, y gracias.
Dada la
tradición que tienen aquí con el té, es mucho más fácil encontrar tiendas donde
poder adquirir tés de muchos rincones del mundo, aparte de encontrarte tés que
están aromatizados con las más variopintas especies y sabores, que la verdad,
ha sido todo un descubrimiento y un deleite para mí. Entre los tés que he llegado
a probar, puedo por citar algunos ejemplos, tés con canela, con jazmín, con
pétalos de rosa (Es tan cursi como delicioso), té rojo, english breakfast, earl
grey, te blanco, rooibos, pu erh… La variedad y posibilidades son enormes, cosa
que allí en España es bastante más limitado, y desde luego, que de
encontrarlos, suelen ser aparte de difícil, tremendamente caros. De hecho,
cuando viene mis amistades a casa de visita, siempre suelo ofrecerles antes te
que café, que ellos aceptan no sé ya más
si por real gusto o por compromiso, ya que soy el único del grupo que suele
beber té.
Ni que decir
tiene que en mi próxima incursión a España estas navidades, me voy a llevar
unas cuantas bolsas de té (Y una Keetle, of course) para no ir perdiendo la costumbre. De hecho, quienes
me conocen saben bien que no se decir que no a una humeante taza de té cuando
me invitan a su casa.
Y tu mi querido lector, ¿Qué relación de amor/indiferencia/odio tienes con el té?
Hoy en día en España encuentras té mucho más fácil, hay tiendas solo de té y muchos locales "bio" y ecológicos con tés de todas partes. Y en un super tamaño medio hay variedad también. Yo bebo rooibos de diferentes tipos (unos de YogiTea que tienen hasta pimienta negra), té verde, etc y ahora está de moda aquí el té matcha. Y no vivo en Madrid o Barcelona.
ResponderEliminarBuenas tardes,
EliminarGracias por comentar.
Yo encontré hace pocos años por pura casualidad en Bilbao una tienda que vendía tés al peso... tenía una variedad enorme de tés aromatizados de las formas más variopintas, pero no por ello deliciosas.
Aparte de eso, lo único que había disponible en el 99% de los casos eran las bolsitas de Hornimans o las cajas metálicas de Twinings con el English Breakfast o el Earl Grey.
Antxon.
Hola,
ResponderEliminarDesde hace casi 10 años me he aficionado al té verde con diferentes aromas, también al té blanco, rooibos y genjibre, lo que no me gusta es el té negro o rojo. Lo compro en el mercado central de Valencia a peso, y cada vez que voy y la dependienta me abre las cajas para olerlos.....me encantan.
Saludos desde el Mediterraneo. Yolanda
Buenas noches,
EliminarGracias por comentar Yolanda.
Y encima lo mejor de todo es que compras un té de muchísima más calidad que el té en bolsitas... y el precio por kilo si echas cuentas te ahorras un montón.
Antxon.